En lo que a gripe se refiere, siempre es necesario estar alerta. Según la Organización Mundial de la Salud, anualmente mueren por enfermedades respiratorias asociadas con la influenza unas 650.000 personas en el mundo.
“Todos los años hay brotes de gripe, y como hay muchos virus que la causan y además mutan, siempre puede aparecer una pandemia”, destacó el virólogo holandés Ab Osterhaus, uno de los máximos referentes mundiales en materia de influenza.
Pero dejó un mensaje tranquilizador: “para enfrentar una situación de esa escala es imprescindible tener buena vigilancia, acceso a diagnóstico, tratamiento y prevención a través de la inmunización. La Argentina está en el camino de tener la mejor vigilancia, y es muy importante contar con una planta productora de vacunas como Sinergium”, destacó (Ver: “Disponibilidad...).
Sobre las vacunas, el laboratorio estima que, como todos los años, la campaña se inicie durante marzo. Fuentes del Ministerio de Salud de Tucumán calculan que la campaña comenzará a principios de abril, tan pronto como los envíos lleguen desde Buenos Aires.
Ruleta rusa
El experto vino al país a participar del 18° Congreso Internacional de Enfermedades Infecciosas, que se llevó a cabo estos días en Buenos Aires. En su ponencia destacó que la humanidad vivió cuatro pandemias de gripe en los últimos 100 años: “en 1918 la gripe española, con la cepa H1N1, mató a 50 millones de personas; en 1957 circuló la gripe asiática (la cepa H2N2) y murieron entre 1 y 4 millones; en 1968, con la gripe de Hong Kong (cepa H3N2) se estima que murió la misma cantidad de gente que en el caso asiático, y por último la gripe mexicana, que en 2009 causó entre 0,2 y 0,3 millones de muertes con la cepa H1N1”, explicó Osterhaus a Télam.
La gripe estacional es una infección aguda causada por el virus influenza, que en los países de clima templado como la Argentina suele circular en invierno. Existen tres tipos de virus de gripe estacional: A, B y C. En los casos en que aparece un nuevo virus, el sistema mundial de vigilancia permite desarrollar una vacuna, cuyos componentes son distintos a la estacional. Es lo que ocurrió en la pandemia de 2009.
“La vacuna es una buena protección -insistió Osterhaus-, y hay que estar preparados, porque en algún momento va a llegar la próxima pandemia, no se puede predecir. Es como una ruleta rusa”.
En ese contexto, destacó la positiva situación de la Argentina: “forma parte de un reducido grupo de países con disponibilidad local de tecnología, con altos estándares de calidad en el desarrollo y con producción local de vacunas antigripales.
Complicaciones técnicas
El problema con la influenza -explicó- es que muchos virus la causan y además mutan. “Por ejemplo, este año circula en EE.UU. la cepa H3N2, mientras que en Europa circula un virus B. Pero no es peor que otros años, la situación es similar”, tranquilizó. “En caso de pandemia se debe actuar a nivel internacional. Tenemos tecnología para hacer la vacuna, pero desde que se descubre la cepa hasta que se produce la primera dosis para humanos pasan unos seis meses. Creemos que se podría reducir a tres meses en los próximos 10 años”, recalcó, e insistió en que el país está preparado, tanto en términos de desarrollo de vacunas como por el alto nivel de cobertura de grupos de riesgo.
La vacuna antigripal, incorporada en 2011 al Calendario Nacional de Vacunación argentino, es producida en el país (luego de ganar el concurso) por Sinergium Biotech. El laboratorio provee al Ministerio de Salud la cantidad anual para los grupos de riesgo. Pero además está contemplado un seguro para que en caso de producirse una pandemia se garantice una reserva de 12 millones de dosis.